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MI HIJO TARTAMUDEA, ¿SE LE PASARÁ?


Hoy, 22 de Octubre, es el Día Internacional del Conocimiento de la Tartamudez. Por eso, queremos hablar de esta alteración que preocupa a menudo a muchos padres.

La tartamudez o disfemia, es el trastorno de la fluidez del habla que comienza durante la niñez y se caracteriza por la interrupción del flujo del discurso, ya sea por repeticiones, prolongación de sonidos , bloqueos, interjecciones o exceso de tensión.


Estas interrupciones pueden afectar a la velocidad y el ritmo del habla, provocando los denominados “comportamientos secundarios”, que son reacciones negativas caracterizadas por la evitación (determinados sonidos o situaciones de comunicación) o la tensión física (temblor de barbilla, parpadeo, movimientos bruscos...).


¿A qué edad suele aparecer?


La edad de inicio puede variar desde los 2 años hasta los 12 años, aunque en la mayoría de los niños aparece entre los 3 y los 5 años. No obstante, alrededor del 5% de los niños presentan problemas de fluidez en algún momento de su desarrollo, pudiendo relacionarse con periodos de estrés o excitación o con el desarrollo de una mayor estructuración sintáctica, desapareciendo con la evolución.



¿Por qué se produce la Disfemia?


Por el momento no se ha encontrado una clara causa de la disfemia. Sin embargo, recientemente, pruebas neurológicas (resonancia funcional cerebral y potenciales cognitivos evocados) han encontrado alteraciones cerebrales funcionales en pacientes con disfemia. Incluso se están hallando diferencias en el volumen de determinadas áreas cerebrales relacionadas con la fluidez del habla en el cerebro de pacientes disfémicos en comparación con el cerebro de personas fluyentes. Estudios recientes sugieren diferencias en la densidad del fascículo arqueado izquierdo y el cuerpo calloso (Chang 2017) y otros estudios hablan de diferencias en la conectividad en áreas para el control de la temporalización del movimiento (Chang &zhu 2013), lo que explicaría la dificultad que presentan estos niños en la articulación.


Entre los factores de riesgo para desarrollar una disfemia, encontramos:

  • Mayor prevalencia en niños que en niñas.

  • Mayor frecuencia en pacientes con antecedentes familiares

  • Aumento de la probabilidad de que persista el tartamudeo si la edad de inicio es a partir de los 4 años a diferencia de si se inicia en edades más tempranas.

  • La existencia de otros trastornos del lenguaje aumenta su probabilidad.


¿Cuándo debemos sospechar si nuestro hijo tiene una disfemia?


  • Si repite sonidos y silabas: “Tengo un p-p-pe-perrito”.

  • Si prolonga sonidos: “Mmmmmi coche..”

  • Si se bloquea, se esfuerza físicamente en emitir el sonido pero no puede: “está en la *******casita”

  • Si presenta frustración o reacción negativa al hablar.

  • Si presenta problemas de fluidez que duran más de 6 meses.


¿En qué consiste el tratamiento?


Cuando sospechemos está dificultad, nuestro hijo debe ser evaluado de forma adecuada por un logopeda, iniciando un tratamiento de sus dificultades. Los mejores resultados se dan cuanto más precoz es la intervención, con un entorno familiar y escolar tolerante y cuando el niño acepta sus dificultades.


En estos niños es fundamental darles tiempo para que se expresen, de forma que:

  • 1. Procuremos entornos en los que el niño pueda participar en la conversación. Tener buenos hábitos de habla en casa ayudará a los niños a tener una referencia, por lo que los miembros de la familia deben cuidar las pausas, el ritmo del habla y comunicarse con calma.

  • 2. No hacer comentarios negativos del tipo “habla despacio”,“sigue” y no acabarle las frases.

  • 3. Reducir la tensión de la conversación con una comunicación fluida y no de forma directiva que ponga nervioso al niño.

  • 4. Aumentar los refuerzos positivos cuando lo hace bien.

  • 5. Adaptar el lenguaje ante las dificultades del niño, haciéndolo más sencillo, hablando despacio, reduciendo el número de preguntas y esperando los turnos de palabras.

  • 6. Hablar de la tartamudez con naturalidad, si el niño es consciente y muestra preocupación debemos explicarle en qué consiste para que su frustración no vaya a más fomentando su autoestima y manejando de forma adecuada las burlas.

  • 7. Favorecer un buen control de la respiración.


Cuando estas situaciones se dan, podemos conseguir que los niños presenten una buena evolución evitando todas las dificultades asociadas que puede tener este trastorno, alcanzando una buena adaptación, buena autoestima y sociabilidad de los niños.


Bibliografía

Monroy Pajares, R.” Manual práctico de Logopedia”.Fonodil M.P.;Psylicom. 2018

Leal, G., Junqueira Bohnen, A., Escobar Díaz, R. Nuevos desafíos en el tratamiento de la tartamudez. 2015.

Alvarez Ramirez, G. Las personas con tartamudez en España.Libro blanco. 2017.

Foundas AL et al. Aberrant auditory processing and atypical planum temporale in developmental stuttering. Neurology 2004.

Jancke L, Hanggi J, Steinmetz H. Morphological brain differences between adult stutterers and non-stutterers. BMC Neurol 2004.


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